Sobre la razón y las pasiones

Muchas veces crei que la mejor manera de afrontar la vida era desde las pasiones. Sentir tan fuerte hasta sangrar. Ir y venir del placel al dolor eternamente. Jugarse el todo por el todo sin miedo a nada. Pero ese miedo a veces quema. Y yo perdi.
Otras tantas veces pense que usar la cabeza era lo ideal. Pensar mas las cosas. No dejarme llevar por la intensidad del momento, sino intentar entender el porque de las cosas. Pero la intensidad de los pensamientos perturba al no encontrar tantas respuestas.
A esos caminos les restaba un tercero, infinito, mix de ambos. Una mezcla casi perfecta entre el goce del cuerpo y la satisfacción de pensar. Entender porque sucede y disfrutarlo a la vez sin hacerse tantas preguntas. Pero cuando intento entender mis pasiones llego a una calle sin salida. La mente perturba mis pasiones y estas devoran a mordiscos todo aquello en lo que alguna vez creí.
La fatalidad de la elección se encuentra quizás, y sólo digo quizás, en que todo derive en una locura perdida. O peor aún, en volver a sentirme, como tiempo atrás: "confortablemente insensible"

Me voy al oeste

En este momento estoy esperando un bus en Santander. Vengo de Barcelona de pasar unos muy buenos días con mi hermano mayor y con David y Silvia, dos amigos catalanes que tengo el gusto de conocer desde Argentina, alla por el 2006.
Un poco cansado, cargo con muchos bolsos, pero uno de ellos fundamental: la guitarra.
"Dejo la ciudad como siempre dormida, ni se va a enterar que me llevo la vida y la musica tambien"
Feliz año a todos